lunes, 4 de julio de 2011

ÁNGELES SANTOS TORROELLA













Nació en Portbou (Girona) el 7 de noviembre de 1911. En su infancia, Ángeles vivió en Ripoll, La Jonquera, Le Perthús, Fregeneda y Valladolid.

Cuando Ángeles apenas cuenta con trece años, su padre es trasladado a Ayamonte y ella ingresa en el colegio de Las Concepcionistas de Sevilla. Allí las monjas descubren la capacidad de Ángeles para el dibujo y la pintura y le animan a que los practique a partir de copias de Ingres.

En 1927, la familia Santos regresa a Valladolid donde Ángeles comenzará a recibir clases de dibujo y pintura a cargo del pintor y restaurador italiano Cellino Perotti.

En el verano de 1928, pinta sus primeros cuadros: "El tío Simón", "Niños en el jardín" y "La tía Marieta", entre otros.

Animada por las buenas críticas, Ángeles abandona sus estudios para dedicarse plenamente a la pintura. Durante los meses siguientes pinta su extraordinario "Autorretrato" que expondrá en su primera muestra individual en el Ateneo de Valladolid en 1929.

Las crónicas, cada vez más entusiastas, proyectan la fama de Ángeles a nivel nacional, a la vez que le facilitan su integración en los círculos intelectuales vallisoletanos. El propio Federico García Lorca va a conocer a la pintora adolescente, con quien mantendrá una relación de amistad a partir de entonces.

Su momento culminante llega en aquel mismo año 1929 cuando pinta sus dos obras más conocidas: "Tertulia" y, sobre todo, "Un mundo", un lienzo de grandes dimensiones que figura entre lo más selecto de la pintura de vanguardia española del periodo.


"Un mundo" impacta entre la crítica, el público y los artistas del momento cuando se presenta en el IX Salón de Otoño de Madrid de 1929. Una joven de provincias de apenas 18 años consigue revolucionar el panorama artístico español con una obra ambiciosa, moderna y original.

Superada por los acontecimientos, Ángeles sufre una grave crisis personal y debe ser ingresada durante varias semanas en un sanatorio madrileño. Aunque se recupera, durante un tiempo abandona la pintura.

Aunque sus obras se exponen de nuevo en Madrid, París, Copenhague, Berlín y Pittsburgh, ella

sigue sin pintar, aunque cada vez más vinculada a los círculos intelectuales: Jorge Guillén, Federico García Lorca, Ernesto Giménez Caballero, Juan Ramón Jiménez, Vicente Huidobro, José Manuel Aizpurúa...


En 1934 conoce al también pintor Emili Grau Sala, bajo cuya influencia Ángeles volverá poco a poco a pintar. Y en 1936 contraen matrimonio.

Su obra de aquellos meses, se expone en la Bienal de Venecia y la muestra de la Sociedad de Artistas Ibéricos en París.

La guerra civil lleva a Emili al exilio y a Ángeles a buscar refugio familiar en Canfranc, donde nace su hijo, y posteriormente a Sangüesa. Durante los siguientes años, la pintora trabaja dando clases de dibujo y pintando botones en una industria textil.


La vuelta de Ángeles a los círculos artísticos se produce a partir de su exposición en la "Sala Libros" de Zaragoza. Comienza entonces un periodo en el que expone con frecuencia, sobre todo en Barcelona y Madrid.

Los años 50 son de progresivo abandono de la pintura. Pero en 1962 se produce un hecho fundamental en su vida: el reencuentro con su esposo Emili, a quien apenas había visto de manera ocasional desde la guerra, y recupera su actividad artística, materializada sobre todo en vistas del paisaje catalán.

Simultáneamente se produce el fenómeno de la recuperación pública de su obra de preguerra: "Un mundo" se presenta en el VI Salón Femenino de Arte Actual de Barcelona y causa sensación.

A partir de los años 70, Ángeles Santos mantiene una vida de continuos traslados y discreta actividad personal. Sin embargo, nunca abandona la pintura, que practica de forma cotidiana incluso superados los noventa años.


Marian

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