El ingenio de algunas personas no tiene límites, y si esas personas trabajan en publicidad, mucho más.
Se trata de crear una necesidad o un fuerte deseo de algo que parece muy atractivo, aunque no nos haga falta para nada, o, lo que es peor, aunque tengamos algo muy parecido ya. Y, en muchas ocasiones, tienen éxito.
Hace años, los anuncios de cualquier producto, eran "rudimentarios". Se utilizaban los medios que se tenían al alcance, que no eran demasiados.
Hoy día se ha abierto un horizonte extensísimo con las nuevas tecnologías, y que logran unos anuncios bastante llamativos.
Y, para rizar el rizo, anuncios antiguos con productos nuevos, ¿alguien da más?
Marian
Resulta simpático utilizar esos anuncios antiguos para anunciar productos nuevos. Y así tampoco hay que pensar tanto... Saludos cordiales.
ResponderEliminarHola amigas:
ResponderEliminarDesde luego son unos anuncios muy originales
Un abrazo.Montserrat
Siempre recuerdo gratamente los anuncios de las películas que se repartían en hojitas, cuando la publicidad se entregaba en mano y subíamos al "gallinero" de los cines. Allí organizábamos los chavales un gran alboroto, riéndonos como posesos. Desde el patio de butacas nos daban gritos y nosotros tirábamos cáscaras de pipas para vengarnos. Eran tiempos muy divertidos e inocentes. Esas hojitas llegué a coleccionarlas, pero ya no las tengo, creo que mis padres las tiraron un día de limpieza general. Un saludo cordial.
ResponderEliminarCierto, Isabel, no es mala idea usar algo que ya existe, pero dándole un toque nuevo.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Gracias por el comentario, Montserrat. En algunos podemos encontrar reminiscencias de nuestra infancia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente hay cierta similitud entre estos anuncios y los programas de cine que comentas, Fernando. En breve los traeremos aquí.
ResponderEliminarSaludos cordiales.