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lunes, 25 de octubre de 2010

DORA MAAR, ALGO MÁS QUE LA AMANTE DE PICASSO











Henriette Theodora Markovitch (alias Dora Maar) fue una poeta, pintora y fotógrafa francesa, nacida en París en 1907 y fallecida también en París en 1997, conocida por haber sido amante y musa de Picasso.


Desde los tres años, pasó su infancia en Argentina donde a su padre le habían hecho algunos encargos de arquitectura y donde aprendió a hablar el español.

De regreso a París, a los veinte años iniciaría su formación artística en la Academia Julian.

Tuvo la suerte de conocer a dos grandes fotógrafos que la iniciaron en el mundo de la fotografía: uno, Henry Cartier Bresson, que la convenció de que cambiara su nombre por otro más corto y más sonoro, de donde nació Dora Maar, y el otro Brasaï, que la convirtió en su protegida y le enseñó muchos recursos y trucos fotográficos.

A partir de entonces Dora Maar se convierte en una fotógrafa incansable que con su Rollei en la mano realiza todo tipo de fotos, desde desnudos sensuales a retratos, o colaboraciones en revistas de moda y publicidad.

En aquellos años tenía un entusiasmo juvenil y una gran vitalidad. Todo ello acabó por rendir a sus pies al poeta Georges Bataille con el que iniciaría una breve relación sentimental y que la introdujo en el entorno político de la época, y en otros grupos de intelectuales. Fue así como conoció a Buñuel y más adelante a A. Breton que la introduciría en el grupo surrealista.

En 1934 marcha a Barcelona e inicia allí una serie de fotografías donde capta con indudable talento la realidad costumbrista y el día a día de un país en vísperas de la guerra.

En 1936 conoce a Picasso y comienza una relación apasionada con él. Durante los primeros tiempos Picasso la convirtió en su musa y de su pincel salieron cuadros tan magníficos como Mujer llorando y preciosos retratos.

La creatividad de Maar alcanza su mejor momento y su relación con los surrealistas le permite innovar y experimentar en el campo de la fotografía.

En 1937 Picasso realiza el Guernica y Dora Maar sirve de modelo para las cuatro mujeres del cuadro. Al mismo tiempo ella realiza fotografías de cada fase de la obra.

Pero todo cambiaría a los pocos años. Primero la II Guerra Mundial y el miedo a los nazis, y luego sus desavenencias con Picasso y la aparición de la nueva amante, François Gilot, cuarenta años más joven que el pintor, llevan a Dora a una profunda depresión que la arrastrará al abismo de la locura, siendo ingresada en el sanatorio psiquiátrico de Sainte Anne.

Con el tiempo Dora Maar irá recuperándose poco a poco, vuelve a la pintura y llega a una religiosidad y un misticismo profundo, viviendo prácticamente enclaustrada en su apartamento de París o en su casa de Provenza, hasta su muerte.


Marian

4 comentarios:

  1. Muy interesante. No conocía a esta artista ni su obra, y eso que la fotografía me encanta.

    Muchas gracias por compartilo!

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  2. Hola amigas:

    Cuánto debió sufrir esta mujer.

    Me ha encantado vuestra descripción.

    Las fotografias tienen un aire kafkiano, son muy tétricas.

    Besos, Montserrat

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  3. Gracias por el comentario, Lovely. Y es cierto que la fotografía es un arte con muchas posibilidades. También nos encanta.
    Saludos cordiales.

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  4. En efecto, amiga Montserrat, el aire kafkiano que le notas es totalmente surrealista.
    Por cierto, tu nieta es guapísima.
    Un abrazo.

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