Lo suyo no son las armas, sino las voces y el baile. Es el lema del Coro, Ballet y Orquesta del Ejército Ruso de San Petersburgo, un conjunto que ofreció un derroche musical y visual en su visita a Málaga. En el espectáculo, de dos horas de duración, hubo espacio para la melancolía, el repaso al folk y el humor.
El Coro, Ballet y Orquesta del Ejército Ruso de San Petersburgo saca todo su arsenal desde el minuto uno. Músicos, cantantes y bailarines salen a escena en lo que figura ser un desfile militar con abanderados. Las potentes voces del coro quedan a ratos apagadas por los instrumentos, pero es un detalle menor ante la imponente musicalidad y puesta en escena.
La agrupación repasa durante las dos horas siguientes clásicos eslavos como las populares ‘Katyusha’, ‘La morenita’, ‘El corro’, ‘La tardes de Moscú’, ‘Ojos negros’ y la universal ‘Kalinka’. Con ella cierran habitualmente sus recitales, pero en esta ocasión el broche fue una aplaudida versión de ‘Que viva España’, un homenaje a la tierra que les recibe que había comenzado con la inclusión de ‘Granada’ en la primera parte.
La orquesta se luce con solos de clarinetes, flautas, acordeones, violín, trompetas, balalaika e incluso, sí, un serrucho. Son capaces de sacar música hasta de una herramienta, y más allá de la comicidad, no suena nada mal.
Los números se estructuran en orquesta y coro más solista o dúo/ orquesta y ballet. Los solistas cantan en tonos graves a la añoranza de un amor perdido. El cuerpo de baile demuestra una enorme capacidad de concentración y fuerza física, además de habilidades circenses, para ejecutar las complicadas coreografías. En ‘En el crepúsculo’, los chicos llegan a saltar una comba cinco a la vez. Ejecutan movimientos que hacen temer una caída que nunca se produce en ‘Subbotea’ y dan rienda suelta al humor, como en los simpáticos coqueteos de ‘Alesha’. Hacia el final, salen al escenario dos muñecos abrazados, pero luego se descubre que era un solo chico con botas en pies y manos.
El exquisito vestuario (desde el tipismo folk hasta trajes de marinero) complementa la belleza eslava de la que presumen los bailarines, particularmente ellas. Hasta el punto que desde el patio de butacas se oyó un apasionado “¡Guapas!” que resumía el sentir del público del Cervantes, en su mayor parte maduro, aunque el espectáculo tiene un ‘target’ más diverso.
Fuente: malaga21.es
http://www.malaga21.es/cultura/ficha/38637/Despliegue-del-Ejercito-Ruso-en-el-Teatro-Cervantes.html
Imágenes extraídas de internet.
Marian