viernes, 27 de mayo de 2011

CRISTÓBAL TORAL











Nació en el año 1940 en Torre Alhaquime, Cádiz, (España), aunque su infancia y adolescencia la vivió en Antequera, Málaga. En esta ciudad inició, en 1958, sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios. Más tarde pasó a la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. Y finalmente ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.


Consiguió la Beca Fundación Juan March para estudiar en España y más tarde en Nueva York.

Representó a España en la Bienal Internacional del Arte de Florencia; y participó en la exposición "Realismo fantástico en España", la cual obtuvo el Gran Premio de la XII Bienal de Sao Paulo.

A lo largo de su carrera realizó importantes exposiciones individuales en Madrid, Nueva York y París, donde se hizo famoso por sus cuadros realistas.


Se le considera uno de los grandes referentes del realismo mágico español del siglo XX. Siendo uno de los pocos pintores que ha entendido la vanguardia a su manera.

Su obra, que mezcla una figuración realista con imágenes oníricas, habla de viajes y trayectos, reales o imaginarios, porque según él "nunca como en el siglo que vivimos se ha viajado tanto y se ha visto tanto equipaje".


El pintor siempre se ha mostrado reticente a tener que pintar al estilo internacional, tomando como referentes grandes ciudades como Londres o París, porque el resultado de esto "es una pintura muy similar". Para él lo importante es que se refleje la personalidad del artista en su obra, "nos preocupamos demasiado por imitar las tendencias que triunfan en el extranjero, en las grandes capitales del mundo, cuando lo interesante es inspirarse en la realidad que nos rodea, la vida, y todo este misterio".

Por este motivo logró sobresalir y hacer una pintura que muy poco tiene que ver con otras obras pictóricas.


Este excelente artista, cuenta su largo recorrido profesional y personal en una autobiografía titulada "La vida en una maleta" -publicada por la editorial Temas de Hoy-, con prólogo de Mario Vargas Llosa.


Marian

lunes, 23 de mayo de 2011

LA LEYENDA DE ZAMARRILLA











Cuenta la leyenda que Juan Zamarrilla era un famoso bandido de Igualeja, en la Serranía de Ronda.

Corría el año 1800, durante el reinado de Carlos III. Sus andanzas iban de boca en boca; sus robos, sus delitos al frente de sus 50 hombres, de gustos caros y buenos caprichos, pero generoso y entregado a los pobres.

De cada robo una parte la repartía entre los pobres de cada pueblo, y así su leyenda fue aumentando haciéndose cada vez más querido y admirado.

Su audacia crecía, e incluso sus tropelías ya llegaban casi hasta los límites de la capital, Málaga. Decidieron capturarlo, y mandaron en su busca a una partida de soldados. Pero nadie los ayudaba, y no los encontraban.

Pasó el tiempo, y finalmente cerca de Antequera consiguieron acorralarlo.

Muertos todos sus hombres, sólo Juan Zamarrilla quedó vivo.

Huyendo se topó con una ermita en el monte. Dentro estaba María Santísima de la Amargura, la imagen que se procesiona en Málaga.

Los soldados rodean la Ermita, Zamarrilla se encierra dentro... desesperado y devoto como era, se postra frente a la Virgen, y con lágrimas en los ojos le pide su perdón y su ayuda.

Cuando ve que están a punto de entrar, el bandolero se oculta bajo el manto de la Virgen, muy pegado a ella. Los soldados entran... pero no lo encuentran. Después de un buen rato, extrañados por el misterio, se marchan, y allí queda, libre y a salvo Zamarrilla.

El bandolero sale de su escondrijo, se acerca a la Virgen, la mira con ojos de agradecimiento, y saca de su zurrón lo único que en ese momento le quedaba: una rosa blanca. Cogiendo su propio puñal, lo clava con la rosa en el pecho de la Virgen, y entonces, atónito, asiste al milagro: la rosa blanca se tiñe de rojo.

Arrepentido, el bandolero ingresa como monje y vive dedicado a los pobres, pero cada año, en aquel mismo día sube hasta la Ermita a depositar su ofrenda de una rosa roja.

Pero un día, mientras pedía por los caminos, llevando esa rosa roja en la mano, es asaltado por otro bandido. Zamarrilla, ya viejo, pero aún con sus fuerzas, se enfrenta a él, pero sin poderlo evitar, recibe una puñalada mortal del bandido. Zamarrilla cae en tierra, y antes de morir, ve como ante sus ojos se le aparece la Virgen de Zamarrilla que le abre las puertas del Cielo... cuando levanta de nuevo su rosa roja para dársela a su Virgen, la rosa roja se torna blanca...


Fuente: http://www.zamarrilla.es/ermita.html


Marian

sábado, 21 de mayo de 2011

JAN TINHOLT











El humor, el asombro y la melancolía son las palabras claves que caracterizan la obra del artista de Utrecht, Jan Tinholt.
Jan Tinholt es un autodidacta que se ha convertido en un artista contemporáneo talentoso con un estilo muy personal.
En el estilo "naif" que reproduce sus fantasías en lo que podría describirse mejor como "surrealismo ingenuo, paisajes como decorados de teatro con grandes flores de colores y las colinas alrededor de árboles y setos bien cortados.
Sus figuras se encuentran en un entorno similar a un parque, donde se están haciendo algún tipo de actividad. Están bailando, bañándose, siendo cariñosos...
A veces, el escenario está vacío, como en un cambio de escena teatral en la que los actores pueden volver en cualquier momento.
Jan Tinholt pinta una realidad soñada con un ligero matiz melancólico, un parque infantil para los adultos.

Virtu

jueves, 19 de mayo de 2011

EL MONT SAINT MICHEL













Al norte de la bella Francia, concretamente en la región conocida como Baja Normandía, tuvo lugar, según cuenta la leyenda, una de las batallas más despiadadas entre los defensores del bien y las fuerzas del mal.

Y tuvo como escenario de excepción al Monte Tombé, que ya desde siglos atrás había estado dedicado al culto a los dioses.

Cuentan que el Demonio, que había adquirido cuerpo de dragón marino, aterrorizaba a las pobres gentes del lugar allá por el siglo VIII. Desde el cielo, y compadeciéndose de los pobres mortales, el arcángel San Miguel, líder de los ejércitos celestiales, fue enviado junto a sus tropas para acabar con tan terrible amenaza.

Así pues, se dirigió San Miguel hasta el monte Tombé y allí comenzó la cruenta batalla que llegó a ser terriblemente feroz. Finalmente, San Miguel y sus tropas se alzaron con la victoria al cortar aquel la cabeza del maléfico dragón con su espada divina.

Cuentan que el Obispo de Avranches, San Auberto, presenció la violenta contienda y que, en noches sucesivas, recibió en sueños mensajes enviados por el propio arcángel. En ellos le pedía que construyera un monumento en conmemoración de la victoria del bien sobre las fuerzas oscuras, en el mismo lugar en el que aquella había tenido lugar.

Y así se hizo: en año 709, San Auberto fundó la abadía de Saint-Michel.


Fuente: http://kassioblog.blogspot.com/2008/11/al-norte-de-la-bella-francia.html


Marian

martes, 17 de mayo de 2011

EL MUNDO CLÁSICO DE SIR LAWRENCE ALMA-TADEMA












(Dronrijp, 1836 - Wiesbaden, 1912)

Fue discípulo de Henry Leys, a quien ayudó a decorar el fresco del ayuntamiento de Amberes, en 1859. En 1869 se trasladó a Londres y en 1873 adquirió la nacionalidad británica.

Especialista en el género arqueológico, pintó escenas de la antigüedad grecorromana y, en menor medida medievales, con un estilo realista y meticuloso.

Su obra se caracterizó por el profundo conocimiento que revela de la arqueología y la exacta reproducción de mármoles y bronces.

Pintó además excelentes acuarelas.

Fue un pintor de moda entre los ricos europeos y estadounidenses, y su arte influyó de forma extraordinaria en el cine de Hollywood, especialmente en las películas sobre la Roma clásica o el antiguo Egipto, como el Ben-Hur de William Wyler, el Quo vadis? de Mervyn LeRoy o Los diez mandamientos de Cecil B. de Mille.


Marian