jueves, 21 de julio de 2011

MARAVILLOSO PARÍS
















Poco se puede decir de París que no se haya repetido ya en numerosas ocasiones.

Hay que estar allí para disfrutar de las amplias avenidas, de los espacios abiertos tan inmensos, los edificios con gran profusión de esculturas y bajorrelieves, “patear” las calles llenas de encanto, descubrir en cada esquina algo asombroso, realizar compras desde pocos euros en mercadillos hasta precios de todo tipo en las galerías Lafayette o uno de los almacenes más grands del mundo, el Printemps, saborear unos excelentes croissants, la extensa variedad de unos panes excelentes, extasiarse ante el grandioso edificio de la Ópera con sus doradas esculturas, o el emblemático museo de Louvre, contemplar la perspectiva de la torre Eiffel desde abajo, admirarse ante un Arco de Triunfo de dimensiones impresionantes, la sorpresa de la Madeleine, una iglesia que parece un templo griego, y la gran conocida Notre-Dame, el Sena con sus barcos y puentes… y mucho más.

Siempre queda algo por ver, y siempre deseos de volver.


Más información en una página muy completa, y que va en consonancia con lo que hemos podido contemplar:

http://www.visitarparis.com/


Marian

1 comentario:

Virtu dijo...

Maravilloso, genial, fantástico e irrepetible (eso no, hay que repetir) viaje a París.
Sin duda la ciudad de la luz, aunque llueva. La ciudad del arte, porque aún sin entrar en museos se respira por doquier. Y la ciudad del amor, aunque ese amor sea a todo cuanto nos circunda.
Merece la pena ir, patear sus amplias calles y recorrer los barrios con encanto, pisando las huellas de todos los pintores que nos gustan.
Hay que volver.