Un impresionante amanecer nos acerca a la isla de Córcega y, en ella, nos espera Ajaccio que abre sus brazos hacia el mar, para resguardar las naves que se aproximan a su puerto.
Ajaccio es una pequeña ciudad inmersa en el Mediterráneo.
Su puerto es el más importante de esta zona, y como curiosidad cabe destacar que los imponentes barcos de crucero atracan en la misma ciudad, casi fundiéndose con las casas.
Es muy conocida por ser el lugar donde nació Napoleón, y justamente por eso, existen numerosas esculturas dedicadas a él, además de la casa natal que se ha convertido en museo.
Pasear por sus calles es adentrarse en una típica ciudad costera mediterránea, con sus terrazas para degustar el espléndido vino, o alguno de sus helados artesanos, además de poder dedicar unas horas a realizar compras en los numerosos bazares y mercadillos que se encuentran por allí.
También dispone de unas excelentes playas de aguas verdosas que invitan a un baño reparador, después de alguna de las excursiones que se pueden realizar entre islas.
En la Catedral, otro de los lugres dignos de ser visitados, se encuentra un magnífico cuadro de Delacroix.
Marian
2 comentarios:
Ya veo que os habéis "aburrido" un montón este verano :-)))
¡Cómo os envidio!
Besos!
Jajajajaja, efectivamente, amiga Ana, nos hemos aburrido tanto que nos gustaría repetir.
Gracias por el comentario.
Un abrazo.
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