Theo van Gogh (1 de mayo de 1857 - 25 de enero de 1891) fue el hermano menor del pintor Vincent van Gogh. Al igual que su hermano mayor Vicente, Theodorus (conocido como Theo) van Gogh, nació en Groot-Zundert, en la provincia de Brabant en los Países Bajos, hijo de Theodorus van Gogh y Anna Cornelia Carbentus.
Theo su admiró a su hermano mayor durante toda su vida. Pero la comunicación con él resultó difícil y hubo diferencias de opiniones. Es evidente que Theo se preocupada por Vincent y él fue uno de los pocos que entendió a su hermano. Los dos hermanos mantuvieron una intensa correspondencia. Estas cartas se han recogido y publicado en libros, siendo un documento vivo y revelador de la mente del artista. En la correspondencia que le dirigía a su hermano Theo, hay múltiples testimonios de que le agradaba no haber aprendido a pintar, porque eso le concedía una libertad que de otra manera no habría tenido. Quizá debido a esta carencia de técnica, Van Gogh pudo desarrollar sus propias concepciones del arte.
A través de las 668 cartas a su hermano Theo, se puede sentir con dramatismo creciente la angustia del artista que no encuentra la forma que dé sentido a la pasión que infunde a sus cuadros. Y se puede igualmente disfrutar con el pintor los placeres reservados al creador, cuando éste logra con un golpe de luz, con una pincelada o con una teoría sobre la composición, resolver los pequeños y grandes problemas de llenar con arte el blanco lienzo que tiene enfrente. Pero hay algo más en las Cartas a Theo que hace de esta obra una pieza de valor humano excepcional: subyacente, confundido con la pasión creadora, y hasta en cierta medida responsable de la misma , se halla el amor fraterno, la confianza en el destino de un hombre y el deseo de creer en algo tan vertical como la convicción de ser artista.
Las cartas:
Theo su admiró a su hermano mayor durante toda su vida. Pero la comunicación con él resultó difícil y hubo diferencias de opiniones. Es evidente que Theo se preocupada por Vincent y él fue uno de los pocos que entendió a su hermano. Los dos hermanos mantuvieron una intensa correspondencia. Estas cartas se han recogido y publicado en libros, siendo un documento vivo y revelador de la mente del artista. En la correspondencia que le dirigía a su hermano Theo, hay múltiples testimonios de que le agradaba no haber aprendido a pintar, porque eso le concedía una libertad que de otra manera no habría tenido. Quizá debido a esta carencia de técnica, Van Gogh pudo desarrollar sus propias concepciones del arte.
A través de las 668 cartas a su hermano Theo, se puede sentir con dramatismo creciente la angustia del artista que no encuentra la forma que dé sentido a la pasión que infunde a sus cuadros. Y se puede igualmente disfrutar con el pintor los placeres reservados al creador, cuando éste logra con un golpe de luz, con una pincelada o con una teoría sobre la composición, resolver los pequeños y grandes problemas de llenar con arte el blanco lienzo que tiene enfrente. Pero hay algo más en las Cartas a Theo que hace de esta obra una pieza de valor humano excepcional: subyacente, confundido con la pasión creadora, y hasta en cierta medida responsable de la misma , se halla el amor fraterno, la confianza en el destino de un hombre y el deseo de creer en algo tan vertical como la convicción de ser artista.
Las cartas:
Virtu
1 comentario:
ojalá todos tengamos un Theo en esta vida
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