jueves, 13 de enero de 2011

LA MAESTRÍA DE JAN VAN EYCK











(Maaseyck, actual Bélgica, 1390-Brujas, 1441).

Es el más conocido de los pintores primitivos flamencos, una fama de la que ya gozaba a su muerte; hoy se le sigue considerando uno de los grandes maestros de la pintura.

Trabajó en La Haya para Juan de Baviera y más tarde en Lille como pintor de corte de Felipe el Bueno, a quien permaneció vinculado durante toda su vida. En 1430 se estableció en Brujas, donde vivió hasta su muerte. Dos años más tarde, en 1432, acabó la que se considera su obra maestra, el gran retablo de la Adoración del cordero místico, realizado para la catedral de Gante.


Se le atribuyen unas veinte pinturas más, entre retratos y cuadros religiosos. Entre los primeros, el más conocido es el Matrimonio Arnolfini, ambientado en un interior de la época repleto de pequeños detalles. Gracias a la riqueza del empaste, el artista fue capaz de reproducir a la perfección en esta obra las texturas más diversas, desde el pelo sedoso del perrillo situado en primer término al latón pulido de la lámpara y la superficie convexa del espejo del fondo, donde el pintor da una segunda versión de la escena al mismo tiempo que crea efectos de profundidad.

El hombre del turbante rojo se considera un autorretrato del artista; la representación del modelo, impasible como todos los de Van Eyck, no resulta tan interesante como la reproducción del espléndido turbante con que se toca.

La Virgen del canciller Rolin y La Virgen del canónigo Van der Paele son las dos obras que se le conocen de temática religiosa. El esquema es el mismo en ambas: la Virgen con el Niño como figura central rodeada de los donantes y comitentes; en las dos telas, el mérito reside en el lujo de detalles de los interiores donde se ambienta la escena, que incluyen vidrieras, doseletes, alfombras, esplendorosos vestidos, etc.


La maestría técnica de Van Eyck para modelar figuras y objetos con luz y color, y su detallada representación de superficies y texturas resumen el estilo de un artista que tomaron como modelo numerosas generaciones, a pesar de que la enorme perfección de sus obras había puesto el listón muy alto a sus posibles seguidores.


Marian

2 comentarios:

Mariló dijo...

Matrimonio Arnolfini es uno de mis cuadros favoritos, me encanta. Saludos

Marian y Virtu dijo...

Gracias por el comentario, Mariló. Por cierto que de ese cuadro se han hecho numerosas versiones, y aquí puedes ver algunas:

http://mansionesnienna.blogspot.com/2008/10/arnolfini-customizado.html

Saludos cordiales.