Para realizar una buena escultura hay que enamorarse previamente de ella”. Esta categórica afirmación procede de Jaime Fernández Pimentel, un célebre escultor “de la Axarquía” que lleva más de 50 años confeccionando obras de arte de un prestigio que traspasa las fronteras nacionales. Su talento se encuentra esparcido por mundos tan dispares como el de Estados Unidos o Japón, “incluso estuve en las Antípodas”, reconoce Jaime.
Fernández Pimentel no acierta a precisar el número de horas de labor, pero considera que “hay que dedicarle el máximo tiempo posible para que el resultado sea satisfactorio, para hacer bien un trabajo hay que enamorarse de él y darle mucho cariño. Eso requiere tiempo de estudio y dedicación”,Actualmente, este artista malagueño trabaja en la fundición de Antequera, pero su periplo le llevó a otros lugares, como la capital de España.
El Cenachero, El Biznaguero, los bustos de Alfonso Canales y García Grana o la Gaviota del Recinto Municipal de Málaga son algunas de las obras más destacadas de este escultor, y dan fe de su maestría.
Marian
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