La Pascua, que es la festividad más importante del calendario ortodoxo, se celebra con el intercambio de huevos y tres besos.
Los dos últimos zares del extinto imperio ruso: Alejandro III y Nicolás III regalaban unas piezas encargadas al joyero de la Corte, Peter Carl Fabergé, bautizadas como los Huevos Fabergé y que en la actualidad son cotizadísimas obras de arte.
Hace cien años, el zar Nicolas II le regaló a su esposa, Alejandra Fedorovna, un huevo de Pascua de Fabergé (San Petersburgo, 1846-Lausana, 1920) llamado "Palacio de Alejandro".
Este Huevo Fabergé es toda una pieza de joyería y arte que costó al zar 12.300 rublos (514 dólares al cambio actual) y en la tasación que realizaron expertos en 1927, según los investigadores Will Lowes y Christel McCanless, se valoró en 20.712 rublos (866 dólares).
En la actualidad, esta pieza podría alcanzar en una subasta cifras millonarias, pero no se encuentra a la venta y se exhibe en el prestigioso museo de la Armería que está emplazado en el interior del Museo estatal del Kremlin (Moscú).
Los 56 Huevos de Pascua de Fabergé -que su creador ya pidió al inicio de la I Guerra Mundial que se reconociesen como piezas de arte- se dispersaron con la llegada al poder de los bolcheviques y el derrocamiento del imperio zarista.
En la actualidad, se calcula que 44 de ellos están localizados, de los cuales algunos los poseen la Reina Isabel de Inglaterra, el príncipe Rainiero de Mónaco y diversos museos estadounidenses, entre otros.
El Patrimonio ruso es el que más conserva, 19, tras la compra por parte del presidente del Grupo Renova, el ucraniano Víctor Feliksovich Vekselberg, de los nueve Huevos Fabergé que atesoraba la familia Forbes y que cedió al patrimonio ruso.
Marian
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