martes, 24 de agosto de 2010

EL PINTOR DE NIÑOS












Arthur John Elsey (1860-1952), hijo de un cochero, estudió desde los 14 años en la South Kensington School of Art. Presentó su primera exposición en la Royal Academy en 1878, a los 18 años. Alcanzó muy pronto la fama en plena época victoriana. Prefería temas que le ofrecía la narrativa sentimental de la época, en general situadas en lugares rústicos, paisajes que le motivaban para pintar bellos ambientes rurales.

Durante su juventud solía dibujar escenas de niños jugando entre ellos o con sus mascotas. Sus pinturas de niños y animales, retratos idealizados de las clases media y alta inglesas, son su obra más célebre. En un tiempo en que la mortalidad infantil era tan elevada, el género que cultivó se hizo enormemente popular, recibiendo multitud de encargos. La temática de escenas entre niños y animales era asidua en la llamada cultura popular del momento, y por ello no es de extrañar la temprana celebridad del arte de Elsley. Sus pinturas fueron reproducidas masivamente y en colores en diversos calendarios de la firma americana Thomas D. Murphy Company, anuncios de jabón y diversas publicaciones.


El uso de colores brillantes es la característica central de su técnica artística. Solía tomar los motivos de sus cuadros durante sus paseos por Londres, para luego pintarlos en su estudio, adaptándolos a unos fondos extraídos a partir de fotografías campestres y de interior.


Elsley se casó con su prima segunda Emily Fusedale en 1893, con la que tuvo una hija en 1903. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó en una fábrica de munición, donde su miopía se agravó, debido a la cual tuvo que dejar de pintar unos años después. Sin embargo, se dedicó a trabajar con la madera y en el jardín de su casa victoriana de Madeira Park, en Londres, hasta su muerte a los 91 años.

Marian

4 comentarios:

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

HOLA AMIGAS:

LA VERDAD ES QUE ESTA ENTRADA ME HA LLENADO DE TERNURA, POR SU INOCENCIA Y FINURA.

QUE BELLOS SON LOS NIÑOS Y LOS PERROS, COMPARTIENDO SUS JUEGOS.

Y ESTE ABUELITO, QUE SE VUELVE OTRO NIÑO, RODEADO DE ESTAS INOCENTES CRIATURAS.

MUCHOS BESOS AMIGAS, Montserrat

Higorca Gómez Carrasco dijo...

¡Que belleza queridas amigas! Captar ese momento tan maravilloso, esos niños jugando y al mirarlos transmiten su alegría, un maestro de la pintura.
Besos

Anónimo dijo...

Hola blogueres, ke tal? Me gusta mucho vuestro blog, felicitaciones.
Besos desde la Argentina

Marian y Virtu dijo...

Gracias por vuestros comentarios, queridas amigas, y anónimo. Ciertamente donde está un niño, hay inocencia y ternura, y si se sabe captar y transmitir con pinceles, el resultado es lo que vemos aquí, impresionante.
Abrazos.