La Batalla de Flores de Laredo se celebra cada año el último viernes de Agosto. Consiste en el desfile de carros engalanados (carrozas) recubiertos en su totalidad con flores y pétalos naturales. Los motivos de las carrozas son diversos: aves, seres mitológicos, fantasías, elementos decorativos, animales, etc.
La Batalla de Flores está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Su nacimiento se remonta a 1908 y surge con la intención de ser un festejo inminentemente ‘popular’.
A pesar de que ahora su recorrido se hace por tierra, comenzó en el Abra de Laredo, ya que la mayoría de los vecinos de la villa eran marineros. En esta primera ‘batalla’ participaron 25 traineras del Cabildo, adornadas con latas y otros elementos decorativos, que salieron a la mar fuera de la dársena del muelle de 1884.
Todas las traineras eran movidas a remo y junto a ellas participó una góndola, dibujada por Gonzalo Bringas Vega y patrocinada por Nicasio Escalante. Fue esta góndola, que desfiló con el nombre de ‘La Argentina’, la ganadora de la primera ‘Batalla de Flores’.
Debido al éxito obtenido y con el fin de hacer una fiesta más participativa, los organizadores tomaron la decisión, al año siguiente, de realizarla por tierra, tradición que se ha mantenido hasta hoy. Sólo hubo un año que no se celebró la Batalla de Flores, 1936.
La Flor es el elemento indispensable de la fiesta, hasta el extremo de haber dado nombre a la misma.En sus inicios, las carrozas aparecían adornadas con crisantemos, rosas y hortensias, que se cogían en los chalets de la gente acaudalada que veraneaba en la villa –famosa colonia madrileña- y que se acompañaban de magnolia. Aunque en esta primera época ya aparece el pétalo decorando las carrozas, es a partir de los años 50 cuando se generaliza su uso en la decoración de las figuras.
Previamente, se han ido sustituyendo las rosas, hortensias y crisantemos utilizados en las primeras ediciones por la margarita hasta que en 1950 aparece la dalia (morada) junto al clavelón chino.
A partir de 1950, se generaliza la utilización de dalias y clavelón en diferentes colores y formas en cifras de varias decenas de miles por cada carroza, flores que, en su mayoría, son cultivadas por los propios carrocistas sembrando y mimando las mismas por los meses de mayo y junio cortándolas la víspera de la Batalla de Flores, para que de esta forma conserven su color y frescura para el desfile final, tras ser colocadas en lo que se ha venido a llamarse La Noche Mágica o La Noche de las Flores.
Tenemos una cita en Laredo el próximo año. No se lo pierdan.
Marian
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