A 7 kilómetros de Córdoba se halla la antigua Madinat al-Zahra o Medina Azahara, ejemplo de ciudad andalusí. Fue levantada por orden del califa cordobés Abd al-Rahman III en el siglo X (entre los años 936 y 976) en el Monte de la Novia o Chábal al-Arus, para ser la capital del Califato residencia real y sede del gobierno.
Dice la leyenda que fue su favorita Zahra, cuyo nombre significaba "La Flor" quien le sugirió construir una hermosa ciudad extramuros de Córdoba, un lugar magnífico en el que se materializaran el placer, la belleza y el poder, una ciudad que llevaría el nombre de la amada y se convertiría en la "Ciudad de al-Zahra" , la "Ciudad de la Flor de Azahar". La ciudad reflejaría el esplendor del califato y todo el lujo, magnificencia y poder del último de los grandes califas cordobeses. Sin embargo, Medina Azahara, tal vez la más hermosa de las ciudades andalusíes parecía estar condenada a desaparecer.
En el año 936 un ejército de más de 10.000 trabajadores comenzaban la construcción de la ciudad más importante y hermosa de todo el mundo occidental: Madinat Al-Zahra. Las obras duraron algo más de 25 años. 75 años después estalló la Guerra Cicvil en Al-Andalus y los saqueos, los enfrentamientos y los incendios destrozaron la ciudad más bella de occidente. La tierra fue cubriéndola: solamente era una cantera que, con el tiempo ya ni servía. No fue hasta el siglo XIX que aquél montón informe de ruinas fue identificado como Medina Azahara, no comenzando hasta 1910 su excavación y restauración.
Medina Azahara estaba rodeada de una imponente muralla. Está dispuesta en tres terrazas: la superior (la que ha sido totalmente descubierta), la intermedia y la tercera, parte destinada al pueblo, que aún permanece sin excavar.
De todo el hermosísimo complejo destaca el Palacio de Zahra, y de éste sus dos grandes salones. El primero de ellos de forma rectangular dividido en cinco naves y un gran patio porticado. El segundo conocido como el Salón Rico, se encuentra también dividido en cinco naves precedidas de un pórtico. La naves de los laterales se convierten en estancias independientes del Salón gracias a las puertas cuyas jambas llevan pilastras de mármol blanco espléndidamente adornadas.
El complejo urbano y residencial fue realizado con arquerías, capiteles, columnatas, muros, pavimentos cubiertos en su inmensa mayor parte por mármol blanco. Destaca asimismo la extraordinaria decoración geométrica y floral. Se conserva en buenas condiciones el Edificio de Alcobas de la época de AL-Hakan II, así como una extraordinaria red de alcantarillado y aguas, fuentes jardines, paseos en mármol y estancias del ejercito y guardia del califa.
Lujo y riqueza no serían nada si no se aliaran con la exquisitez, el buen gusto y la fantasía. Por esto, Medina Azahara nos permite imaginar lo que pudo ser la vida en sus tiempo dorados o el fasto de alguna de las recepciones celebradas, y vislumbrar la largueza del califa anfitrión, la riqueza y colorido de los trajes y los uniformes de gala, la belleza de sus caballos o el aspecto absolutamente brillante de los salones de recepción engalanados con motivo de una visita real.
Una maravillosa visita para este verano.
Marian
3 comentarios:
Maravilloso y exótico lugar, me gusto la primera vez que estuve, y sigue gustándome.
un abrazo
Gracias por el comentario, querida Higorca, a nosotras nos encantó cuando lo vimos, hace algunos años ya... habrá que volver.
Un abrazo.
Bellísima construcción. Debidamente descubierta de su hundimiento y restaurada podría hacerle sombra a la Alhambra. Un saludo.
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