Gonzalo Bilbao Martínez nace en Sevilla en 1860 y fallece en Madrid en 1938).
Pintor costumbrista.
Hijo de un pudiente propietario sevillano y hermano del escultor Joaquín Bilbao, se inicia desde niño en el dibujo alentado por José Jiménez Aranda. Por exigencia de su padre, emprende los estudios de Derecho, que alterna con los de pintura así como con los de música (llegando a ser organista).
En 1880 termina los estudios , aunque nunca llegó a ejercer, dedicándose con exclusividad a la pintura. Su padre, en premio a sus excelentes resultados, le costea un viaje a Italia y a Francia junto al pintor José Jiménez Aranda. En París, visitaron numerosos museos, galerías particulares y estudios de algunos artistas franceses y españoles que se hallaban pensionados en la capital francesa.
En Italia permaneció tres años, estableciéndose en Roma, donde estuvo trabajando con el pintor José Villegas Cordero y viajó por las diferentes capitales italianas, donde pintaba vistas urbanas y rurales.
En 1884 vuelve a España. Es entonces cuando entra en relación con Palmaroli, que le sirve de consejero. Dos años después vuelve a Roma para quedarse allí durante un año.
De vuelta de nuevo a España, su personalidad inquieta le impide acostumbrarse a la vida en Sevilla, y se mueve constantemente por todo el territorio del país en busca de paisajes que pintar. Sus preferidos se encuentran en Toledo y Segovia.
Emprende un viaje con Andrés Parladé para conocer Marruecos. De allí va a París, donde quiere conocer las últimas tendencias artísticas y aprovecha para vender los cuadros que produjo en su estancia en Marruecos (también hizo venta de los mismos en Múnich).
A su regreso a España, continúa su actitud viajera, visitando Fuenterrabía, Toledo, Jerez de la Frontera (Cádiz) y Sevilla entre otras ciudades.
Ejerció también de profesor de pintura, primero de modo particular y a partir de 1903 como sucesor de José Jiménez Aranda en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla, siendo discípulos suyos, entre otros, Vázquez Díaz y Eugenio Hermoso.
También fue aprendiz de los copistas del Museo del Prado, reproduciendo obras de Velázquez, Francisco de Goya.
A su muerte, su viuda donó al Museo de Bellas Artes de Sevilla una importante colección de sus obras, consagrándole de esta forma una sala permanente en el mismo. Le sucedió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid el pintor extremeño Eugenio Hermoso que había sido discípulo suyo en Sevilla.
Fuente: http://www.foroxerbar.com/
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