Las calles de innumerables ciudades se visten de fiesta durante estos días... las lentejuelas que cuelgan de cables apenas perceptibles en la noche, pero cuya luminosidad atrae como luciérnagas en el bosque.
Un arte también, que transforma la frialdad del vidrio, en cálidas figuras que nos acompañan en nuestro devenir, suavizando hasta el frío, con sus reflejos.
Cada año aumenta el despliegue de imaginación, incluso hasta el punto de crear belleza con las luces apagadas, por ejemplo las que tenemos en Málaga. Nuestra enhorabuena para los artífices (verdaderos artistas), de este evento.
Marian
No hay comentarios:
Publicar un comentario