Unas imágenes navideñas, de cuando estos días eran fundamentalmente familiares, cuando tal vez se tenía más ilusión en visitar las casas de amigos, vecinos y parientes, con la pandereta en la mano y la voz a pleno pulmón, que en salir de compras (entre otras cosas porque el "bendito" consumismo no existía, ni el dinero necesario).
Cuando los niños eran felices sólo con saber que existían los Reyes Magos, y que podían dejarles algo en sus zapatos, (si no había suerte, una cuerda y una caja, o una piedra y un trapo, bastaban para los juegos), y no tenían que "elegir" entre una maraña de objetos de un frío catálogo de juguetes.
Aún resuenan ecos de campanilleros, de grupos cantando villancicos por las calles, y en algunas actualmente se siguen escuchando... en muchas, ya se perdió para siempre. Pero para los que tuvimos la fortuna de vivirlo, esas imágenes y sonidos permanecerán en el recuerdo para siempre.
¡FELIZ NAVIDAD!
Marian y Virtu
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