Sobre la Plaza de la Constitución y en la calle Larios, en pleno corazón de Málaga, se levanta una docena de esculturas de gran tamaño que abren la primera exposición en España del malagueño Miguel Berrocal tras su muerte, en 2006.
Bajo el título de ´Berrocal: guerreros y toreros´ y organizada por la Fundación Unicaja y la Fundación Escultor Berrocal, la muestra dispone esculturas, realizadas entre los años 1981 y 1983 y algunas a partir de yunques, que alcanzan los 1,5 y 4,5 metros de altura.
La muestra, comisariada por la viuda del artista, Cristina de Braganza, se complementa con varios paneles que explican el proceso creativo de Berrocal mediante imágenes que van cambiando a medida que rota el ángulo de visión del viandante.
Sorpresa. "A Berrocal le encantaba crear un efecto de sorpresa y el montaje en sí de la exposición cumple esta máxima, ya que se exhiben las doce obras sin escenografía alguna", declaró De Braganza, para quien la Plaza de la Constitución "es un salón extraordinario" para acoger ´Guerreros y toreros´ porque cuando cae el sol "las paredes se iluminan".
La exposición es Berrocal en estado puro, una nueva indagación en el torso y el fragmento, "temas recurrentes" en la obra del malagueño, como explicó ayer su viuda. "Miguel nunca abordó las cosas de manera literaria. En estas piezas se ve cómo eliminó todo lo que no era el volumen obligatorio" de los guerreros y toreros.
Así, a la entrada de la Calle Larios se sitúa ´El diestro´, realizada en fibra de carbono y resina y con más de tres metros de altura, mientras que en la Plaza de la Constitución se disponen, en diagonal, diez piezas del conjunto de los Almogávares, de bronce patinado, y el ´Torso de Luces´, de fibra de carbono y resina y como sentido tributo a la tauromaquia.
´Roger de Flor´,´Ramón Muntaner´, ´Bernardo de Rocafort´, ´Sancho de Oros´, ´Roger de Lauria´, ´Berenguer de Entenza´, ´Corbaran de Alet´, ´Ximenes de Arenos´, ´Berenguer de Rondor´ y ´Guillén de Tous´ son los nombres históricos con los que el artista bautizó a sus guerreros realizados a partir de yunques del siglo XIX que Berrocal adquirió en la década de los ochenta para su particular ´customización´.
Fuente: Diario La Opinión.
Marian
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