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Willard Wigan nació en Birmingham, Inglaterra, en 1957 y es el creador de los trabajos artísticos más diminutos de la Tierra. Durante su infancia fue un niño traumatizado y padeció una dislexia no diagnosticada, pero en la actualidad es considerado el micro-miniaturista más celebrado en el mundo. Wigan es literalmente capaz de convertir una mota de polvo en una visión de auténtica belleza.
Trabaja en áreas aisladas, buscando la concentración, y emplea pequeños bisturís como herramienta, y granos de sal, o de arroz, como materia prima. También podemos ver obras en el ojo de una aguja, o sobre la cabeza de un clavo. Cada obra puede llevarle un par de meses, y para evitar temblores que arruinen sus esculturas, Wigan llega a sincronizar las manos con sus latidos.
La mayoría de sus creaciones son imposibles de apreciar a simple vista, pero con una lupa se pueden distinguir perfectamente los detalles.
¿Alguien se atreve a imitarlo?
Marian