Los dragones asiáticos compartían el mundo con la humanidad de forma pacífica casi siempre, salvo alguna traición puntual por alguna de las dos partes. Los dragones chinos llegaron a ser venerados como dioses, y se les creía espíritus que traerían bondades o desgracias a la tierra, según el humor con que se levantaran. Todopoderosos, nadie podría hacer nada contra su furia si ésta se desataba... por lo que lo mejor era no despertarla. De todas formas, solían mostrarse benévolos con quienes no se olvidaban de rendirles pleitesía en su culto... y les bastaba un poco de atención para corresponder a su pueblo y alejar de él los malos espíritus.
Se entendía que los dragones se repartían el espacio según su función.
Los dragones celestiales protegían los cielos y sostenían las mansiones de los dioses, evitando que se vinieran abajo.
Los dragones de los ríos determinaban el curso de los mismos, su caudal y sus desbordamientos, y guardaban sus orillas. Se suponía que estos dragones vivían en palacios sepultados bajo las aguas de su río.
Los dragones del aire regulaban el tiempo, en sus paseos por el cielo gobernaban la lluvia, el viento, las nubes y las tormentas. Los chinos les temían porque se les sabía de mal genio, que desataban sin mesura de cuando en cuando, provocando grandes catástrofes naturales.
Los dragones de la tierra eran los habitantes de los subterráneos y se refugiaban en cavernas profundas, desde donde se cuenta que custodiaban grandes tesoros que acumulaban desde el principio de los tiempos.
En Asia se consideraba al dragón (lung) como el principal de los cuatro mágicos animales espirituales. Compartía la condición de animal sagrado con el fénix, la tortuga y el unicornio, pero fue el dragón el que mayor popularidad alcanzó. De hecho, los emperadores estaban íntimamente asociados con los dragones, su trono era El Trono del Dragón, su rostro, El Rostro del Dragón. Los tronos se hacían realmente con forma de dragón, así como su cama y su barco. De los emperadores más poderosos se creyó que por sus venas corría sangre de dragón y que tenía algunos de estos majestuosos seres a su servicio. Cuando el emperador moría se decía que había subido al cielo sobre un dragón.
Una leyenda sobre el origen del hombre los emparenta con los dragones. La antigua diosa Nü Kua, mitad dragona mitad mortal, sería su creadora, y al principio sus descendientes tendrían la facultad de cambiar libremente de la forma humana a la forma de dragón. Sin embargo esta facultad se fue perdiendo poco a poco y las transformaciones fueron cada vez más raras hasta llegar a desaparecer, quedando así separados formalmente las dos especies... aunque ambas conservarían el recuerdo en su sangre de la especie a la que un día pertenecieron. Por ello, se entendía que los emperadores eran los descendientes más directos de esta primera generación de hombres, y por eso conservaban en su sangre el rastro más claro de la sangre del dragón.
Marian
6 comentarios:
Tengo un hijo que contrajo matrimonio con una espléndida mujer en todos los sentidos, hija de padre chino y madre portuguesa. Las dos hijas que han tenido hablan seis idiomas a sus catorce años, entre ellos el mandarín. Viven actualmente en USA y su idioma principal, por supuesto es el español. Cuando vienen a España, colorean dibujos que me recuerdan a estas fotografías. Gracias por relatarnos las tradiciones chinas. Las recordaré para impresionar a mis nietecillas. Un abrazo.
Gracias por el comentario, Fernando, y felicidades por esas niñas.
Un abrazo.
Muy bonita la galeria de Dragones ,los conozco ,ya que es un tema que me llama la atencion,pero para mi el mas bonito es el dragon del gran maestro Japones Hokusai(El pintor del cuadro de "la ola"
Saludos
Hola amigas.
Una entrada llena de color.
Ay el dragón, un protagonista en la cultura china.
También en Barcelona en las Fiestas de la Merced, acompañaba a los gigantes y cabezudos. De pequeña yo los admiraba.
Mi hijo mayor lleva en el brazo una cabeza de dragón tatuada.
El es profesor de Tai-Xi y de Kung-fu.
Besos amigas, Montserrat
Gracias por el comentario, manuindiana, y por tu aportación.
Saludos cordiales.
Gracias por tanta información, amiga Montserrat, y felicidades por tu hijo... Me apuntaré al Tai-chi.
Besos.
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