jueves, 20 de mayo de 2010

UN MARAVILLOSO LIBRO: LOS PILARES DE LA TIERRA













Estamos tan acostumbrados a ver catedrales en diferentes partes del mundo, ya sea en vivo o en imágenes, que a veces no nos paramos a pensar en cómo serían construidas, quiénes se ocuparían de ello o de qué forma.

Este libro es un viaje interesantísimo a la Edad Media, cuyo eje es la construcción de catedrales, y las dificultades que ello conlleva, y en el cual se entrecruzan sentimientos como el odio, el amor, la venganza, o el miedo.

Una serie de acontecimientos se van sucediendo sin que podamos apartar la mirada del libro pues las vivencias de los personajes nos atrapan desde la primera página.

Es un libro con muchas páginas que, lejos de hacerse pesado, se teme llegar al final y que termine la satisfacción de leerlo. Cada página supone un nuevo descubrimiento.

La lectura del libro es muy amena en todo momento, no hay tramos aburridos en los que se esté deseando pasar a otros acontecimientos de la novela. El interés se mantiene a lo largo de todo su desarrollo.

Nos hace pensar sobre la barbarie en la época medieval, tan incivilizada y primitiva, el sometimiento del siervo a la prepotencia del señor, y la pobreza tan extrema en todos los sentidos.

El escritor no se preocupa por ceñir el vocabulario de los personajes a la época en que viven, lo que los hace más cercanos.

Los héroes de la historia lo son por méritos propios, pero no por llevar a cabo grandes heroicidades. Lo son por superar el día a día, por levantarse una y otra vez y sobreponerse a las dificultades. Por creer en una vocación del tipo que sea. Cada uno es fiel a su objetivo.

Y el objetivo de nuestro protagonista, o el sueño tantas veces acariciado, es construir una catedral… ¿lo conseguirá?


Ken Follet es el artífice de esta obra maestra.


Desde aquí os invitamos a leer el libro, y comenzareis a mirar las catedrales con otros ojos.


Marian

8 comentarios:

Angel dijo...

Y buen libro que es. Ademas tiene segunda parte y proximamente pelicula.

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola amigas:

Lo leí hace unos siete años.
Tambien he leido La Catedral del Mar.

Los Pilares de la Tierra me impactó mucho y aprendí muchas cosas de las Catedrales, la Masoneria, las superstici0ones y los abusops de los Sres. Medievales, con los que tabajaban la tierra.

Y yo saqué de el una enseñana, no se si vosotras también.Que quien la hace la paga.A veces lementablemente lo pagan los descendientes.

Mientras lo leia a veces tenía dar marcha atrás, para comprenderlo, pues es tan largo. Y al llegar al final volví al principio y fue cuando saqué esta conclusión que he mencionado.

Un abrazo amigas, Montserrat

Marian y Virtu dijo...

Estoy deseando ver la película, Ángel, gracias por el comentario.
Saludos cordiales.

Marian y Virtu dijo...

Gracias por tu aportación, Montserrat. Es cierto que, en muchas ocasiones, quien la hace la paga, aunque no lo llegue a reconocer. Me impactó el libro también, más que La Catedral del Mar, y similar a 100 años de soledad, aunque no tengan nada que ver, pero hay libros que marcan.
Un abrazo.

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Me gusta mucho más Los pilares de la tierra que la Catedral del Mar, es largo y hay veces que tienes que volver de nuevo a releer, pero al final, me gusto, sera bueno ver la película, aunque a veces cambia bastante.
Un abrazo

Ana Márquez dijo...

Emepecé a interesarme por la Edad Media gracias a este libro. No es un libro perfecto (desde el punto de vista literario) pero sí muy entretenido y absorvente.

Las fotos magníficas. Gracias por compartir, chicas :-) Besos

Marian y Virtu dijo...

Coincido contigo, querida Higorca, me gustó más Los pilares de la tierra, no sé si porque lo leí el primero, o que esperaba más del otro, a tenor de las magníficas críticas. Y ciertamente suele ocurrir que la película desmerece un poco con respecto al libro, o no se ajusta demasiado a él, salvo honrosas excepciones, como por ejemplo El Perfume, que me pareció genial.
Un abrazo.

Marian y Virtu dijo...

Gracias por el comentario, Ana. A mí lo que más me gustó del libro, o lo que me quedó de él, fue el interés en recrearme con las catedrales, mirándolas de forma distinta.
Un abrazo.