jueves, 19 de mayo de 2011

EL MONT SAINT MICHEL













Al norte de la bella Francia, concretamente en la región conocida como Baja Normandía, tuvo lugar, según cuenta la leyenda, una de las batallas más despiadadas entre los defensores del bien y las fuerzas del mal.

Y tuvo como escenario de excepción al Monte Tombé, que ya desde siglos atrás había estado dedicado al culto a los dioses.

Cuentan que el Demonio, que había adquirido cuerpo de dragón marino, aterrorizaba a las pobres gentes del lugar allá por el siglo VIII. Desde el cielo, y compadeciéndose de los pobres mortales, el arcángel San Miguel, líder de los ejércitos celestiales, fue enviado junto a sus tropas para acabar con tan terrible amenaza.

Así pues, se dirigió San Miguel hasta el monte Tombé y allí comenzó la cruenta batalla que llegó a ser terriblemente feroz. Finalmente, San Miguel y sus tropas se alzaron con la victoria al cortar aquel la cabeza del maléfico dragón con su espada divina.

Cuentan que el Obispo de Avranches, San Auberto, presenció la violenta contienda y que, en noches sucesivas, recibió en sueños mensajes enviados por el propio arcángel. En ellos le pedía que construyera un monumento en conmemoración de la victoria del bien sobre las fuerzas oscuras, en el mismo lugar en el que aquella había tenido lugar.

Y así se hizo: en año 709, San Auberto fundó la abadía de Saint-Michel.


Fuente: http://kassioblog.blogspot.com/2008/11/al-norte-de-la-bella-francia.html


Marian

2 comentarios:

Fernando dijo...

Queridas amigas: ¡Qué recuerdos tan maravillosos me habéis traído! Visité por primera vez ese fantástico e irreal sitio cuando tenía 19 años. Recuerdo que comí por primera vez una tortilla a las finas hierbas.¡Qué cosas!. Después volví varias veces, pues una de mis hijas casó con un chico francés vecino de esa tierra. Vuestra fotografías son una delicia. Un cordial saludo.

Marian y Virtu dijo...

Nos alegra que esta entrada te haya traído recuerdos tan gratificantes que, en cierta medida, es como vivirlos de nuevo.
Gracias por el comentario, Fernando, y sigue disfrutando de ese lugar siempre que puedas.
Saludos cordiales.