El arte maorí es un estilo y técnica de trabajo (tejidos, objetos de piedra, armas, etc.) realizados por las poblaciones polinesias de los maoríes a partir de su llegada a la actual Nueva Zelanda, entre los siglos IX y X d.C., hasta nuestros días.
Sin embargo, el concepto de arte no tiene cabida en la cultura maorí, en la cual no existen palabras que nombren clases de productos o tipologías decorativas destinadas al goce estético.
La mayor parte de los objetos a los que hoy atribuimos un valor artístico nace con una función práctica o religiosa, y se considera precioso por haber sido heredado de sus antecesores y ser depositario de un significado mágico y religioso. Como ejemplo, los refinados objetos sagrados llamados taonga, con una reconocible calidad artística, son venerados por sus atributos y dones espirituales, es decir, por su mauri (fuerza vital), su mana (prestigio) y su korero (valor histórico y mitológico).
En la cultura maorí no existe la separación, propia del mundo occidental, entre la esfera material y la espiritual. La expresión toi whakairo puede ser utilizada para identificar objetos relacionados con las artes figurativas y otros tipos de arte. Toi es un vocablo antiguo que se refiere al arte, al conocimiento, a los orígenes y a las fuentes de inspiración, mientras whakairo indica todo tipo de decoración, como la pintura y el tatuaje.
El aislamiento físico de Nueva Zelanda significó el desarrollo independiente del arte maorí del resto de Polinesia. Posiblemente la máxima expresión de la tradición clásica está reflejada en los motivos tallados en las canoas ceremoniales y casas de reunión. La llegada de los colonos europeos a partir de 1820, y los efectos devastadores de las enfermedades y la guerra en los últimos años del siglo, hicieron que el arte en general quedara eclipsado y debilitado.
Durante los siguientes cien años, el arte maorí quedó postergado a una mera expresión de los valores etnográficos. No fue hasta 1940 cuando empezó a revalorizarse y a adquirir la importancia que merecía, no sólo como herencia artística de todo un pueblo, sino como fuente de inspiración de los artistas neozelandeses posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En estos últimos años se ha experimentado un renacimiento de las artes tradicionales maoríes.
Virtu
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