jueves, 8 de mayo de 2008

ÁLVARO ALCALÁ GALIANO





Álvaro Alcalá Galiano fue un pintor aristócrata. A su nombre se unieron, a lo largo de su vida, títulos tales como el de Conde del Real Aprecio, Mayordomo de semana del Rey Alfonso XIII y Maestrante de la Real de Zaragoza. Por línea materna, sus raíces estaban en Italia y emparentaba con los Doria; mientras que, por parte de padre, le unían lazos con antepasados aristocráticos de Huesca.

Obtuvo premios y reconocimientos como fruto de su labor pictórica. Una trayectoria que comenzó desde muy joven. Fue en la localidad francesa de Ciboure (la familia de su abuela materna era de Francia), lugar en el que gustaba de pintar exteriores, donde recibió la primera oferta de interés. El por entonces director de la Escuela de Bellas Artes de París, M. Gervex propuso al joven trasladarse a París para formarse junto al maestro M. Bonat. Sin embargo, su madre tomó la decisión de mandarle a Madrid.

La fama de Sorolla animó al bilbaíno a trabajar bajo su dirección. Durante esta etapa profundizó en las técnicas pictóricas. Y más tarde se marchó a Holanda, donde pintó una soberbia colección de marinas que, expuestas en París, obtuvieron un enorme éxito.

A su etapa holandesa le siguió una estancia en la Bretaña francesa donde también pintó marinas y paisajes de la región. El resultado fue fantástico. Uno de los cuadros de esta colección, el titulado 'La bendición del mar en Bretaña', obtuvo uno de los premios en el salón de los artistas franceses de París. Con tan buena reputación, la Diputación de Vizcaya le encargó pintar el techo del salón del trono, obra que terminó en 1903.

A partir de ese momento sus obras se presentaron en las mejores exposiciones, tanto nacionales como extranjeras. Es de destacar su participación en las de París en 1904, 1905 y 1911. Durante aquel tiempo los premios y reconocimientos a su labor se multiplicaron. Su enorme éxito le favoreció como el designado de honor para pintar los techos del Palacio de Justicia y del Ministerio de Marina de Madrid. Fue el impulsor, en 1915, de la creación del Ateneo de Bilbao del cual él mismo fue su primer presidente.
Poco a poco se introdujo en el universo de la intelectualidad de su época. Sus convicciones monárquicas se reforzaron con el advenimiento de la II República. Fue entonces cuando su implicación política se hizo patente y se encuadró, junto a otros intelectuales conservadores, en la organización Acción Española de tendencia antimarxista. Detenido por sus ideas, ingresó en la prisión madrileña de San Antón.

Su final le llegó el 27 de noviembre cuando se ordenó evacuar a todos los internos de la cárcel de San Antón. Su destino, el mismo que el de sus predecesores: Paracuellos. El delito de aquel artista nacido en Bilbao el 21 de mayo de 1873, fue el de pertenecer a la organización política de derechas Acción Española. Ese fue el 'pecado' que truncó la carrera de uno de los pintores vascos con más proyección tanto nacional como internacional de su tiempo.


Marian

2 comentarios:

boots dijo...

Soy nieta del pintor Alvaro Alcalá-Galiano y me ha encantado encontrar parte de su obra en vuestro blog. Me encantaría contactar con vosotras.me llamo Begoña y mi e.mail: bagaliano@gmail.com Un saludo afectuoso

Marian y Virtu dijo...

Gracias por el comentario, Begoña, y por tu ofrecimiento, y lamentamos haber tardado tanto en darnos cuenta porque no solemos revisar las entradas pasado un cierto tiempo.
Te escribiremos.
Saludos afectuosos.