El origen de los abanicos es incierte, aunque se sabe que los utilizaron egipcios, babilónicos, persas, griegos, romanos, chinos, etc. gracias a la aparición de este instrumento en las representaciones artísticas de estos pueblos.
En España, las primeras referencias del abanico aparecen en la Crónica de Pedro IV de Aragón (siglo XIV), en la que se cita como oficio de los nobles que acompañaban al rey "el que lleva el abanico". Hay también referencia de este utensilio en los inventarios de bienes del pintor Bartolomé Abella (1429), en el del Príncipe de Viana y el de la Reina Dª Juana ( la Loca), este último realizado en 1565. Hay que decir que estos abanicos eran rígidos y de forma redondeada, empleándose generalmente como materiales la palma (en el caso de Abella), la paja, la seda y las plumas de pavón.
Muchos artistas han empleado el abanico como soporte para llevar a cabo sus creaciones, dotándolos de gran belleza, y convirtiéndolos en verdaderos “cuadros”.
Veamos algunos.
En España, las primeras referencias del abanico aparecen en la Crónica de Pedro IV de Aragón (siglo XIV), en la que se cita como oficio de los nobles que acompañaban al rey "el que lleva el abanico". Hay también referencia de este utensilio en los inventarios de bienes del pintor Bartolomé Abella (1429), en el del Príncipe de Viana y el de la Reina Dª Juana ( la Loca), este último realizado en 1565. Hay que decir que estos abanicos eran rígidos y de forma redondeada, empleándose generalmente como materiales la palma (en el caso de Abella), la paja, la seda y las plumas de pavón.
Muchos artistas han empleado el abanico como soporte para llevar a cabo sus creaciones, dotándolos de gran belleza, y convirtiéndolos en verdaderos “cuadros”.
Veamos algunos.
Marian
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