Henriette Theodora Markovitch (alias Dora Maar) fue una poeta, pintora y fotógrafa francesa, nacida en París en 1907 y fallecida también en París en 1997, conocida por haber sido amante y musa de Picasso.
Desde los tres años, pasó su infancia en Argentina donde a su padre le habían hecho algunos encargos de arquitectura y donde aprendió a hablar el español.
De regreso a París, a los veinte años iniciaría su formación artística en la Academia Julian.
Tuvo la suerte de conocer a dos grandes fotógrafos que la iniciaron en el mundo de la fotografía: uno, Henry Cartier Bresson, que la convenció de que cambiara su nombre por otro más corto y más sonoro, de donde nació Dora Maar, y el otro Brasaï, que la convirtió en su protegida y le enseñó muchos recursos y trucos fotográficos.
A partir de entonces Dora Maar se convierte en una fotógrafa incansable que con su Rollei en la mano realiza todo tipo de fotos, desde desnudos sensuales a retratos, o colaboraciones en revistas de moda y publicidad.
En aquellos años tenía un entusiasmo juvenil y una gran vitalidad. Todo ello acabó por rendir a sus pies al poeta Georges Bataille con el que iniciaría una breve relación sentimental y que la introdujo en el entorno político de la época, y en otros grupos de intelectuales. Fue así como conoció a Buñuel y más adelante a A. Breton que la introduciría en el grupo surrealista.
En 1934 marcha a Barcelona e inicia allí una serie de fotografías donde capta con indudable talento la realidad costumbrista y el día a día de un país en vísperas de la guerra.
En 1936 conoce a Picasso y comienza una relación apasionada con él. Durante los primeros tiempos Picasso la convirtió en su musa y de su pincel salieron cuadros tan magníficos como Mujer llorando y preciosos retratos.
La creatividad de Maar alcanza su mejor momento y su relación con los surrealistas le permite innovar y experimentar en el campo de la fotografía.
En 1937 Picasso realiza el Guernica y Dora Maar sirve de modelo para las cuatro mujeres del cuadro. Al mismo tiempo ella realiza fotografías de cada fase de la obra.
Pero todo cambiaría a los pocos años. Primero la II Guerra Mundial y el miedo a los nazis, y luego sus desavenencias con Picasso y la aparición de la nueva amante, François Gilot, cuarenta años más joven que el pintor, llevan a Dora a una profunda depresión que la arrastrará al abismo de la locura, siendo ingresada en el sanatorio psiquiátrico de Sainte Anne.
Con el tiempo Dora Maar irá recuperándose poco a poco, vuelve a la pintura y llega a una religiosidad y un misticismo profundo, viviendo prácticamente enclaustrada en su apartamento de París o en su casa de Provenza, hasta su muerte.
Marian
4 comentarios:
Muy interesante. No conocía a esta artista ni su obra, y eso que la fotografía me encanta.
Muchas gracias por compartilo!
Hola amigas:
Cuánto debió sufrir esta mujer.
Me ha encantado vuestra descripción.
Las fotografias tienen un aire kafkiano, son muy tétricas.
Besos, Montserrat
Gracias por el comentario, Lovely. Y es cierto que la fotografía es un arte con muchas posibilidades. También nos encanta.
Saludos cordiales.
En efecto, amiga Montserrat, el aire kafkiano que le notas es totalmente surrealista.
Por cierto, tu nieta es guapísima.
Un abrazo.
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